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Aprende a liberarte de tu ex y reinventarte en el amor

Cuando nosotros tenemos una pérdida afectiva y estamos solos, ustedes me están escuchando, tú, tú, tú, lo que están pasando, pues están solos. La sociedad y la cultura no tienen un apoyo para los afectivos, un duelo afectivo es más complicado que un duelo físico. Supongamos de lex, porque no está enterrado. Está como en cuidados intensivos y nadie va a elaborar un duelo con alguien en cuidados intensivos. Y si no está en cuidados intensivos, está vivito y coleando, o sea, existe. Y mientras exista, en nuestro software, si no queríamos cortar y nos dijeron adiós o nos hicieron al lado como un trapito sucio, quizá guardemos la esperanza. Estamos solos frente a un duelo físico. No hay apoyo social.

Por eso, la guía es para acompañarnos en ese proceso que tiene varias etapas y que si lo hacen bien, pueden salir de él. No todo bien racional, de acuerdo. Es decir, por ejemplo, llega a una persona, supongamos una mujer en visita, y me dice triste con lágrimas que se separó del esposo. El esposo se fue con otra, se fue y la dejó. ¿Qué le digo como un baldado de agua fría? Es todo. Todo eso lo van a ver en la vida. Pero yo a veces he hecho esto. Bueno, después que hablamos un rato, le digo: "Aquí tiene una hoja, aquí tiene otra hoja. En esta hoja, escríbame todas las virtudes que su ex tenía como esposo porque considera usted que era un buen compañero".

Y escriben aquí porque usted consideraba o si es que lo piensa porque no era o no fue un buen compañero. Entonces, me encuentro con la sorpresa muchas veces de que la lista de no es enorme. Era tacaño, era frío y la lista de los sí, era un buen padre, era trabajador, honrado padre. Y en la lista del no, desaparece. Y además, también era un poco irrespetuoso, era frío, me fue infiel muchas veces. Entonces, de quién está enamorada esta mujer, me pregunto. No les pregunto a ustedes de quién está enamorada esta mujer, porque si el tipo era así como ella dice, debería estar saltando en una pata de la alegría. Por eso, yo digo que hay separaciones que hay que festejar, otras que no. Este señor, si es así, era sido horrible. A quién extraña, y resulta que cuando empiezas a profundizar, esta persona no está enamorada de su pareja real actual. Está enamorada de una imagen de lo que fue y ya no es de aquel hombre que conoció. Pero ese hombre ya no existe. Lo que existe es esta realidad que es otra. Usted no está enamorado de esta persona. Está enamorada de la persona que tiene en su cabeza, que fue aquella que tuvieron momentos agradables y todos. Entonces, está enamorada de un fantasma, no de alguien que no existe.

El duelo afectivo, como cualquier situación de adversidad, uno puede responder con un estrés postraumático. Porque una ruptura siempre es traumática, complicada, difícil. Es una situación que no es cotidiana, y más en una sociedad donde nos dice que nos podemos, que nos debemos casar por amor, pero no nos podemos separar por desamor. Infinitud de casos he visto, donde va la persona y le dice a la mamá: "No, mira, es que yo ya no lo quiero. Yo ya no lo quiero. No quiero separar". Y entonces, la mamá la mira y le dice: "Y qué tiene que ver si lo quieres o no? Y eso es un motivo para separarse, pero quiero motivo para casarse". En una sociedad, en una cultura latinoamericana, sobre todo, donde es tan difícil asumir esa ruptura, podemos hacer un estrés postraumático. Y eso requiere ayuda profesional. Pero también se puede hacer un crecimiento postraumático. Eso que implica que esa ruptura te lleva a cambiar la visión que tienes de ti mismo, la visión que tienes de los otros, y la visión que tienes del cosmos o del universo.

Empiezas a cambiar tu visión esencial y empiezas a descubrirte un poco. Lo que ha pasado con la pandemia ahora, no. El mundo venía rodando, se paró de pronto, y se acuerda el más falda decía: "Párese, mundo, que me quiero bajar". Bueno, él se paró y nosotros veníamos con el piloto automático funcionando en la colmena y de pronto nos salimos de la colmena y ya somos personas. Entonces, empezamos a ser individuales o no ser colectivo. Ya empezamos a pensar en nosotros o en otras cosas. La mirada cambia y eso es lo que ocurre en el duelo efectivo cuando hay crecimiento postraumático. La mirada cambia en sentido positivo y uno empieza a descubrir en uno mismo una cantidad de cosas impresionantes. Repito, con esto que está pasando ahora, muchos de mis pacientes me dicen: "El doctor, yo no pensaba que yo era tan fuerte cuando una persona sale de una relación difícil". Si es una relación buena, el duelo puede ser más complicado porque simplemente la persona que estaba acostumbrada a ser excelente se enamoró de otra persona y se fue.

¡Bueno, sí! Pero ustedes van a decir, "Pero es que yo no tengo el derecho de que él me tenga que leer a mí. Si no, tendría el deber de quererme." Es cierto, uno se puede enamorar de otra persona, pero la persona que es hecha a un lado, esa persona tiene el derecho a la información, al tiempo, a la información a tiempo.

Nadie se acuesta enamorado y se levanta desenamorado. Hay un proceso, un proceso que no pasa de manera inconsciente. El sujeto que está atravesando un proceso de desamor es consciente. Lo que pasa es que no se lo dijo, y un buen día llega y se suelta. Si es una buena persona, a ver si mira, no es culpa tuya, es culpa mía, pero de todas maneras, no es tan encantador. No, porque podría haber avisado a tiempo.

Si hay otras personas que hacen línea, como se dice, del árbol caído, cuando una persona generalmente son relaciones donde uno tiene el poder y hace uso de ese poder, actúa mal con la otra persona, la engaña viviente en muchos sentidos. Esas personas suelen echarle la culpa precisamente a las personas que están dejando. "¿Cómo me vas a dejar? ¿Por qué me dejas? Porque es insoportable. Porque yo me voy por culpa tuya con tu conocida trabajé." Pero que otros. Entonces, la culpa no solo lava el dolor de la pérdida, tengo que elaborar la idea de que me equivoqué.

Empiezas a dar una cantidad de preguntas, y preguntas he visto casos en que la esposa se va con el mejor amigo, y entonces el duelo es doble: la pérdida del amigo. El hombre se va con la hermana, y suya es un posgrado. Cuando una persona sale de toda manera de esta adversidad y crece como persona porque aprende, y voy a decir que se aprende, y ustedes nunca van a aprender qué es lo que quieren del amor, porque a duras penas sabemos qué es. Uno puede hacer una lista interminable, lo puede idealizar, puedes recurrir a cualquier mito de esos que están escritos en todas partes de lo que es el amor. Pero cuando uno sale de una mala relación y se recupera, uno tiene la sabiduría del no.

Así la llama, la sabiduría del no. Es la sabiduría de lo que no quiero repetir, porque si no sé lo que no quiero repetir, mejor me quedo en casa, mejor espero. Uno tiene que ser capaz de hacer una lista personal de lo que no quieres repetir, lo que has visto que no eres capaz de procesar en una relación. Resulta que yo pensaba que de vez en cuando la mentira la podía manejar, pero en la relación, me di cuenta de que yo no soporto que una persona, más bien, no soporto, por ejemplo, que mi pareja sea coqueta. Sí, y yo pensaba que su siglo cuento. Si uno empieza, si lo piensa bien y sale bien de ese proceso del duelo, en ese crecimiento puede entender más los valores que no va a negociar después, los principios, aquel reducto básico de dignidad personal que no está dispuesto a negociar ni por amor de pueblo.

Resulta, doctor, que vea que yo pensando en lo que usted me dijo, dije tantas veces sí, cuando quería decir no. Eso es un aviso de lo que no quiero que vuelva a pasar. Voy a ser totalmente honesto en otra relación. Voy a ser asertivo en otra relación. Entonces, esa sabiduría del no sirve como para que nos consideremos guerreros del amor. La vida para guerrero me encanta, no por toda la tradición que tiene en muchos sentidos, pero no desde el punto de vista bélico necesariamente también.

El guerrero también es aquel que lucha por salir adelante. Por qué el guerrero no es en relación a la sabiduría del no. No es solamente el que lucha, el que se aguanta las heridas y es que lleva la marca, es que está en el campo de batalla. No solamente es eso. El guerrero también es aquel que es capaz. El buen guerrero es capaz de deponer las armas y decidir cuándo vale la pena luchar y cuándo no. Eso es sabiduría pura. Te pongo las armas, esta lucha no me interesa. En barco, y me voy. O no voy a estar persiguiendo a una persona y suplicándole que me quiera o no me quiera. Eso escapa de mi control, como decía Epícteto.

Deponer las armas y decir ya no me interesa esta lucha. La consecuencia de hacer eso genera un sentido profundo de liberación, de desapego radical. Ya no voy a invertir un gramo de mi energía mental, de mis recursos, de mi ser en esto, porque esto no me merece. Porque no me merece, porque ataca mi dignidad, porque me hace daño, yo me voy a auto defender mis derechos humanos. Pero como digo, hay relaciones que no son horribles. La presión es que la persona ocurre que se fue con otra de todas maneras.

Si uno, con una guía como esta o con algunas lecturas de otros libros, ve que no puede, ya han pasado cuatro meses, no sé, de tres personas durante es muy deprimida y no es capaz, creo que pedir ayuda a procesar a él. El psicólogo, la psicóloga que esté con ustedes, no va a hacer el duelo por ustedes. Tampoco va a empujar para que pasen rápido por una parte o por otra. Porque la parte más difícil al momento son muy importantes en los duelos, lo que se llama en las primeras etapas el duelo incompleto. Cuando ocurre una aflicción, una ausencia de aflicción consciente. Y si ustedes ven personas que pasan por él como si nada, realmente la procesión va por dentro. Allí hay un bloqueo.

Y el otro bloque, Juan, una etapa que viene como la tristeza, un poco down, sí, cierta depresión. Hay gente que se queda ahí, en la depresión. De otra manera es el psicólogo, la psicóloga que acompañará. Es una compañía, es un auxiliar, es alguien que está ahí para que tú puedas pasar, que tengas tu proceso, y si te estancas, te dan la mano. No, yo pienso, no sé si ustedes han escuchado. Ante esto hay algo que no deben hacer. Bueno, hay dos cosas que no deben hacer, y después les cuento lo que les iba a decir. Una es pensar que un clavo saca otro. Entonces, estoy en el pasado, pasó un mes, 15 o 20 días. Estoy muy mal. Entonces, necesito sanarme. Necesito que alguien me quiera. Entonces, esto se activa en mi un esquema de un clavo saca otro. Entonces, empiezo a buscar una persona nueva con la idea simbólica, metafórica, de que esa persona va a entrar yo a sacar la otra.

El problema, si no procesé el duelo bien, es que la consecuencia son dos clavos en vez de uno. Y la otra es algo que ocurre muchas veces, que muchas personas tienen a su primer amor. Recuerdan el amor de la adolescencia. Es amor puro, limpio. Así lo vemos, lo tenemos como en formol, sí, como un santuario. Y entonces, a veces, cuando peleamos con la pareja, hay mucha gente que dice, "Así, yo no me he quedado como con Pedrito." O sí, "Yo porque dejé a Susanita." Uno lo va realizando, no lo tienen formal, quieto. Lo va agrandando después de los años. Muchas veces, uno se encuentra con la persona, pero como están más viejos, están más viejas, en su mente, no había pasado el tiempo.

Pero hay muchas veces, y he visto muchos pacientes, que resulta que el primer amor también está separado y entonces me entero por las redes de que está separado. Me meto, está separada, no imprimo, está separada, y entonces está disponible. Y armo un encuentro ficticio que hay que preservar tanto tiempo y empiezan a hablar. Y bueno, como ya tienen una historia previa, como ya se supone que se conocen hace 20 años, no se ven o 10, se supone que van a estar bien. Pero resulta que esa persona no es la misma que antes. Esa persona piensa de otra manera, supongamos, yo soy de ultraderecha y la otra persona de ultraizquierda, o viceversa. Resulta que la vida me llevó al ateísmo y la otra persona es súper creyente. Resulta que me volví hiperactivo y me gusta ir, y la otra persona es quieta.

El primer amor hay que tomarlo con pinzas y tampoco es una solución. Ahora, si lees lo que les iba a decir, hay una tradición japonesa que se llama el Kintsugi, y ustedes lo deben haber visto, que consiste en rearmar vajillas que se rompen, objetos que se rompen, no los tiran como hacemos nosotros necesariamente. Sino, se llama Kintsugi, que significa "cubrir de oro". Alfarería y alfarería de oro o de platino. Entonces, lo que hacen es armar de nuevo las piezas, las pegan. Entonces, eso queda como un Frankenstein pegado, pero le ponen a cada una de las pegaduras polvo de oro, de platino, o de plata. Ese objeto adquiere un valor nuevo, y es un objeto que en el mercado tiene un valor mayor. Resulta que porque tiene un valor mayor por el oro o el platino, no necesariamente no tiene un valor mayor porque ese objeto es un objeto resiliente, es un objeto que se ha recuperado. Además, tiene sus cicatrices a la vista. Es ese objeto ha sido un objeto recuperado, por lo tanto, tiene un valor especial, como si hubiese resucitado y crecido, porque además, no es el jarrón, por ejemplo, que era grande. Sino que es un jarrón embellecido con el oro, y se ha recuperado. Entonces, eso tiene un significado especial, una belleza especial.

Y mostrar a veces las heridas no nos hace más débiles, nos hace más fuertes. O nos quitamos de encima un problema. A veces, hay que desaprender en vez de aprender. Recuerdo el caso, por ejemplo, de un paciente que le tenía mucho miedo al sudor. Nada le resultaba. Entonces, tenía mucho miedo que la gente lo viera sudando. Entonces, cuando era verano y hacía mucho calor, él estaba feliz y poquito del mundo sudado. Y le pasaba desapercibido. O cuando entraba a un lugar y no había aire acondicionado, estaba tranquilo. Pero si entraba a un lugar frío, llevaba el invierno, este hombre empezaba a sufrir mucho. Porque les decía que se le veía y realmente se veía el sudor en las axilas. Esto sí usaba ropa blanca, andaba con muchos pañuelos, y estaba en una reunión, y entrevistaría el baño muchas veces, echarse agua se había vuelto una obsesión.

Los psicólogos a veces manejamos esto con lo que se llama una intención paradójica, que es un poco mostrar de una vez cómo es uno sin ocultarlo. Esta persona logró mejorar mucho, bastante, un 99 por ciento, diría yo, cuando él aceptó que si entra a una reunión y va con el miedo de que lo van a ver sudar, pues de una vez diga lo muestre, su debilidad, muestre ese fragil es que la valentía no es no tener miedo. La valentía es enfrentar el miedo. Muerto del miedo, de acuerdo. Los frágiles tienen más posibilidad de ser valientes que los super fuertes. Entonces, vean, discúlpenme ustedes, los voy a interrumpir, pero yo tengo un problema con el sudor y entonces vean cómo tengo la axila mojada porque sudé mucho, y por eso ando con pañuelos. Y antes de venir aquí, había pensado de pronto en cambiarme el color de la ropa, ponerme ropa blanca para que no se me vea. Pero bueno, para que sepan, sí sudo, para que no se sientan mal. Me voy a limpiar.

Cuando empezó a seguir sol, el 70% de las personas lo miraban con cierta admiración. Un 30% lo miraban como un pelotudo. Sí, pero no importa, se le fue el miedo. Uno pasa por una relación y le quedan heridas. Y si esas heridas están manejadas por el rencor, por las ganas de vengarse, pues el rencor va a ser un ay a voz porque es una ira no expresada y eso, tac tac tac tac tac tac, se queda en una memoria y la venganza lo que va a generar es más odio. Te va a estar más por eso. Por eso, ayuda, le digo a las personas que salen de una relación y sufren, cuando leen, lean esta guía. Que no sé si esta frase o este pensamiento de decir está en ley o no, la verdad que no me acuerdo, creo que sí, bueno, la mejor venganza es con tu ex. Si se te ocurre, para mí lo ideal sería no tener ninguna. Pero si quieres, sé feliz y es estar contenta.

La mayoría de las relaciones no funcionan porque elegimos mal. Porque pensamos que el amor, con su manto, nos va a cubrir y que todo va a estar bien. Un porcentaje de gente va muy bien, pero son las personas que construyen en su relación. El amor no solo es una construcción social, es una construcción personal. Y el amor tiene su historia. No es el mismo amor en la época griega que en la Edad Media que en el Renacimiento, y así va cambiando y se va reestructurando. Hoy día, tenemos la idea de un amor romántico o unido al matrimonio, etcétera. No siempre fue así. Entonces, elegimos mal porque pensamos que el amor, ya cuando decimos "te amo", ya llegué al amor, crucemos el brazo, sigamos la vida normal y el amor nos va a llevar porque tiene su inercia. No es así. Nosotros tenemos que ayudarle al amor.

Por eso, digo que decir "te amo" no me gusta tanto. Me gustaba decir "te estoy amando". Claro, que cuando eso le dice una persona a otra persona, lo mira uno medio raro y quiere decir cuando uno dice "te amo", es que ya llegué, ya qué punto. "Te estoy amando" es que es un proceso interminable. Te descubro día a día, siempre te descubro, siempre me asombra algo de vos, te estoy amando. Estamos construyendo esto, el gerundio, sí. Una pareja deja de funcionar bien cuando ya puede predecir absolutamente la conducta del otro. Cuando no hay nada que descubrir. Y yo creo que nos equivocamos más, como he dicho en otras ocasiones, casándonos que comprando un apartamento. Porque cuando compramos un apartamento, nos fijamos en muchas cosas. Usamos la razón. Estamos de razón, que hay que usar las veces que hablo del amor y no del enamoramiento. Entonces, cuando un apartamento nos fijamos, ¿quién vive arriba y quién vive abajo?, el barrio, si le da solo el poniente, impuestos y se va a valorizar.

Si nos gusta, entonces sí, cuando entramos al amor. No es así, ¿pero cómo te vas a enganchar con este señor que tiene cuatro matrimonios, 11 hijos, 3 denuncias por maltrato? Es que mi amor lo va a curar. Te eligen más, muchas veces, cuando una persona sale de todo esto y sale bien, va a salir mejor. Le van a perder el miedo a la soledad y le van a perder el miedo al desamor, porque van a tener más autoestima y van a aprender a autoobservarse mejor, y amar más esos espacios personales que no son para compartir con nadie más.

Bueno, estas reflexiones. El amor siempre es un tema importante. No creo que sea el valor más importante, para mí por lo menos. Hay momentos en que la valentía es más importante, o la justicia depende, o la libertad. Pero digamos que el amor tampoco tiene que ser una variable de realización necesariamente. Uno se puede realizar por otras cosas, pero no deja de ser un hecho vital y trascendental en nuestra vida.

Entonces, por eso, cuando hablamos del amor, tenemos que, como decía Fromm, echarle un poco de cabeza y entender realmente, así como uno aprende una actividad, una profesión, hay que aprender a amar. Es un arte, sí, pero hay que aprender. Entonces, esta guía "Aprende a liberarte de tu ex, sea bueno o malo, el ex", y reinventarte en el amor, da un salto cualitativo y para arriba. Voy a empezar a cambiar mi visión del mundo. Si te amo, pero yo también me amo. Te quiero, me quiero. Te cuido, me cuido. Yo también estoy metido en el enredo. El amor es recíproco, sí, y democrático, obviamente. La dimensión política del amor es recíproca y es milimétrica. No es que si yo te doy afecto, espero afecto. Si yo te soy fiel, espero fidelidad. No sé si te oíste, cariño, espero lo mismo, ¿verdad? Sí, pero aquí, el amor de verdad no espera nada a cambio.

Están confundiendo el amor universal con el amor interpersonal. El amor universal, el amor tributo de Sor Teresa de Calcuta, no espera nada a cambio. No tiene que ser recíproco. Uno ama a los niños de determinado sector de África, por decir algo, o de un sector necesitado, pero no espera nada a cambio. Pero el amor interpersonal, están sometidos. Claro que esperamos. ¿O si su pareja es fría, independiente, lejana, indiferente, lejana, lo van a aceptar como algo normal simplemente porque hay que aceptarlo? No. El amor es digno. Aquí van a ver algunas de estas cosas y otras más.

Aprende a liberarte de tu ex y reinventar el amor. No hay expertos en el amor. Ustedes pueden estudiar el tema, pueden tener su experiencia vital y pueden tener su propia sabiduría al respecto, sus propios puntos de vista. Construyan, reivéntelos y que cualquier situación de adversidad sirva para que ustedes crezcan. No confundan el fracaso con el error. Estuvieron con la persona que no era, cometieron un error, pero no fracasaron en el amor. Hay otras puertas que se pueden abrir en el momento oportuno.

Author: Dr. Walter Riso

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