¿Te cuesta habitualmente identificar cómo te sientes?
¿Sueles dar prioridad a las necesidades de los demás antes que a las tuyas
propias? Pues entonces es posible que mantengas algunos comportamientos
negativos que has desarrollado a partir de tus experiencias durante la
infancia, principalmente debido a la negligencia o abandono emocional que
sufriste en tu niñez.
Porque los niños tienen necesidades emocionales que son tan
importantes como la comida y la ropa. Y cuando los padres descuidan estas
necesidades, sus hijos pueden desarrollar ciertos comportamientos perjudiciales
que los acompañarán hasta la edad adulta.
Reprimes tus
emociones: ¿Aprendiste a mantener tus emociones ocultas por miedo a que te
ocasionaran un conflicto? Uno de los mayores signos de haber sufrido abandono
emocional es la incapacidad de identificar, gestionar y expresar tus emociones.
Dependiendo de tu situación, es posible que no te hayan permitido expresar lo
que sientes o que te hayan reprendido o invalidado por sentirte de determinada
manera. Esto puede ser problemático más adelante en la vida, ya que mantener
las emociones importantes reprimidas puede pasar factura a tu salud mental.
Pones siempre a los
demás en primer lugar: ¿Sientes que tus necesidades siempre están por
debajo con respecto a las de los demás? Tal vez te hayas convencido de que
siempre tienes que asegurarte de que los demás sean felices, incluso si eso significa
que tú tienes que conformarte con menos. Si has crecido aprendiendo que tus
sentimientos no son válidos, es fácil que te acostumbres a no auto cuidarte.
Pero este hábito de complacer a los demás a costa de uno mismo puede resultar,
con el tiempo, muy perjudicial para tu bienestar mental.
Te cuesta identificar
tus emociones: ¿Te cuesta responder cuando alguien te pregunta cómo te
sientes? Si creciste en un hogar en el que tus sentimientos fueron desatendidos
por tu familia, es probable que tiendas a no pensar en cómo te sientes o que
creas que tus sentimientos no son importantes. Esto puede afectar a tu
capacidad de tomar decisiones, ya que no saber cómo te sientes respecto a
ciertas ideas o situaciones puede hacer que sea mucho más difícil navegar por
ellas con acierto y asertividad.
Te sientes roto:
¿Sientes que careces de importancia o que tus emociones están fuera de control?
Las emociones son importantes porque te ayudan a guiarte en la toma de
decisiones, a formular opiniones y a influir en tu forma de interactuar con los
demás. Cuando te has acostumbrado a aislarte de tus emociones, es fácil sentir
que hay algo inherentemente malo en ti. Cuando no se validan tus sentimientos y
cuando no aprendes las habilidades necesarias para identificar, gestionar y
expresar tus emociones, te verás alejado de los demás y con un creciente vacío
interior.
Eres una persona
exigente consigo misma: ¿Sueles atascarte en los pequeños detalles y
priorizas la perfección? Probablemente temas el rechazo mucho más de lo que
sería razonable. Y parte de ello puede deberse a tus experiencias infantiles.
Es posible que no conozcas la forma correcta de manejar el fracaso y tus
imperfecciones simplemente porque no te han ofrecido durante la infancia una
forma saludable de aprender esas habilidades.
Tienes miedo a la
dependencia: ¿Te resulta difícil pedir ayuda cuando realmente la necesitas?
Si tus necesidades emocionales han sido desatendidas, puedes sentir que pedir
ayuda es una fuente de conflicto. En el pasado quizá te regañaron
reiteradamente por pedir ayuda, por lo que en el presente te resulta difícil
hacerlo. A veces puede parecer más fácil hacerlo todo uno mismo; sin embargo,
este miedo excesivo a la dependencia puede restarte capacidad para colaborar
con los demás y disfrutar de su afecto.
Te falta autoestima:
¿Siempre te comparas con los demás? Tener tus necesidades emocionales
desatendidas puede acarrear graves consecuencias respecto a cómo te percibes a
ti mismo. Es posible que hayas crecido en situaciones en las que te comparan y
confrontan constantemente con los demás. Esto puede dar lugar a una tendencia a
ver a todos los demás como competencia, lo que puede provocar tanto
sentimientos de aislamiento como una baja autoestima. En cualquier caso, si tus
sentimientos han sido desatendidos o descuidados en la infancia, puede ser
difícil incluso para ti reconocer tu propia valía personal.
Estás vacío por
dentro: ¿Puedes identificar o gestionar lo que sientes? Ser capaz de
regular tus emociones es una habilidad muy importante que aprendemos durante la
infancia. Es fácil sentirse impotente y desamparado si has estado en
situaciones en las que no te han permitido desarrollar o ejercitar estas habilidades.
Es posible que no sepas cómo gestionar tus emociones o qué sentir y cuándo. Son
sentimientos preocupantes que pueden dificultar tu funcionamiento diario. El
abandono emocional durante la infancia puede dificultar la regulación y la
expresión de nuestras emociones más adelante.
Afortunadamente, hay ayuda disponible a la que acudir si tú,
o alguien que conozcas, lo necesita.